SOS, yo ya he cambiado y ¡aquí nadie se mueve!

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Como máxim@ responsable de tu organización escuchaste que debías liderar el cambio, que el cambio comenzaba por ti, y buscaste, te preparaste. Cuando llegaste a la cima de tu preparación tecnológica te atreviste con ese otro mundo, te armaste de valor y te sumergiste en tu desarrollo personal. Hiciste cursos: De liderazgo, de competencias, de nuevo de liderazgo, de gestión emocional, otra vez de liderazgo, de coaching,…y dudas, a las puertas de un cambio inevitable, que el líder que necesita tu organización seas tú.Sientes que confías, que eres más creativ@ y entusiasta. Ya te de-construiste, pero necesitas integrarlo todo. Y no es que te preocupe el halago o la crítica, te preocupa tu gente. Como se me lamentaba un cliente, gerente de una cooperativa: “Yo ya he cambiado pero nadie se lo cree, todos siguen igual que antes conmigo”. Así es el efecto de los primeros momentos del cambio, los demás tardan en darse cuenta. El cambio no termina ahí, es que no ha hecho más que empezar.Y puede ocurrir, que en este momento en el que necesitas la visión compartida y la colaboración como agua en el desierto, en tu empresa sigan demandando tu opinión, tus “ordenes”. Y te preguntas: “¿No debía de estar ocurriendo lo contrario tras ese esfuerzo descomunal que he llevado a cabo por horizontalizar la empresa?”, ¿porque  la gente persiste en su verticalidad? Un gerente que atravesaba por este incómodo espacio del cambio me comentaba en una de nuestras sesiones de acompañamiento: “Estoy tranquilo, sé que este es el camino, pero ya he oído comentar en fábrica: ¿Para qué está si ya no va a mandar?, y ¿para qué pregunta?, ¿es que no sabe hacer su trabajo? Ha llegado el temido momento de la aparición de las resistencias, esas que incluso pueden llegar a cuestionar tu identidad como directiv@.Lo primero es tu propio cambio, pero el siguiente paso consiste en contagiar al resto. En este estadio inicial es habitual que los temores aparezcan y a veces te hagan dudar: El temor a ir hacia atrás en el proceso de cambio, a estancarse, a sentir que estás de más, al descontento de la gente, a que no seas capaz de guiarles en el proceso de cambio, a no poder sobrellevar la tensión emocional… etc.Algunas de las salidas en esta situación pueden ser las que siguen:

  • Responsabilizarte como líder para seguir adelante, contagiando el cambio, sin perder de vista algunas claves: Generar cohesión estando conectado a tu gente, gestionar la incertidumbre confiando, guiar por valores desde tu integridad, mostrar inteligencia emocional transmitiendo paz sin desestabilizarte, ofrecer ayuda siendo positiv@.
  • Empoderar a los tuyos, en cada conversación, enseñándoles en la responsabilidad, cambiando las formas de conversar en dirección a la colaboración. Por poner un ejemplo, ante la típica pregunta: ¿Cómo hago esto?, una posible contestación: ¿Tú cómo lo harías?, o cualquier otra respuesta abierta distinta a: “Hazlo así”.
  • Que sea un cambio gestionado por otros y liderado por ti, consiste en recibir ayuda para el proceso de concienciación e implementación del cambio.
  • Apartarse, echarse a un lado si te ves limitad@, transfiriendo la función de liderar el cambio a otra persona.  Hay CEOs que optan por segregarse, incluso siguen con su propio desarrollo personal, pero sin pretender cambiar nada en la organización.

¿Cuál es para ti la salida, tu clave para contagiar el cambio? Seguro que esa que se te ocurre es la mejor, tu gente la está esperando.

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