La apuesta que tu organización necesita: convertirte en un líder para el cambio
El liderazgo no es un tema superado
Comienzo a escribir estas líneas al mismo tiempo que introduzco en google la palabra “líder”. En pocos segundos la búsqueda arroja 103.000.000 de entradas… pareciera que el tema está ya de sobra tratado y sobre todo, me produce un gran respeto hablar de él, hay mucha gente que escribió mucho y bien antes.A pesar de esa resistencia inicial a tratarlo, no puedo dejar de hacerlo, ya que no es un tema superado. En mi actividad como coach es uno de los más solicitados por los directivos, sino el que más. Demandas como: “Necesito liderar mejor a mi equipo”, “quiero saber que hay de nuevo en esto del liderazgo”, e incluso algún valiente solicita: “Quiero saber si soy el líder adecuado”.En ese punto me suelen venir a la cabeza las definiciones de líder que tanto me gustaron: Para Losada el líder es capaz de infundir positividad para abrir posibilidades, para Kofman se trata de una persona que se implica y es ejemplo para los demás, para Kotter es alguien que influencia a la gente para que voluntariamente persiga los objetivos del grupo,…etc. Cada autor, escuela, corriente, define en qué consiste “eso” de ser líder. También recuerdo a los grandes líderes: Napoleón, Gandhi,…, y aquí la lista es espectacular, por lo variada y, a veces, controvertida.La cuestión es que, en cualquier grupo humano hay tantos líderes diferentes como equipos liderados. De forma espontánea, es el grupo quien alza al líder, a “su” líder, y después toca a éste responder a su gente. Es por ello, que en mis sesiones de coaching con directivos, suelo preguntarles: ¿Has pensado cuál es el líder que tu equipo necesita?, ó ¿cuál es el líder que tu organización necesita? Tras una reflexión honesta, una minoría suele sentirse satisfecha y declara que todo está bien como está, que ellos creen llevar a cabo su función de forma adecuada y que sus equipos comparten esa misma idea. Son los competentes conscientes. Pero la mayoría suele declarar que no están satisfechos con su labor, que algo no están haciendo bien ellos o sus equipos, se trata de los incompetentes conscientes, los que habitualmente solicitan coaching.
¿Y si ser el líder que mi equipo necesita implica un cambio?
En respuesta a esa mayoría de directivos que al observar sus resultados declaran su insatisfacción acostumbro a preguntar: ¿Estás dispuest@ a ser ese líder qué necesitáis?, aunque más que una pregunta suele ser una invitación al cambio. La pregunta opuesta, que no se hace, muchas veces suele sobrevolar el espacio donde se hizo la primera: ¿Es necesario cambiar?, ¿para qué?¿Cuál es el primer reto para ese directivo que quiere aprender a cambiar? Sin duda, conocer el motivo para hacerlo, porque a veces las evidencias de un negocio que comienza a hacer aguas no suelen estar presentes, situación en la que la alternativa a la desaparición acostumbra a ser el cambio.La estrategia de futuro que se diseña en las empresas ya suele llevar implícito un cambio. También se suelen vislumbrar las acciones que tiene que acometer el líder para materializarlo, solo hace falta pasar a la acción. Sin embargo, viendo las resistencias que acompañan al líder y su equipo directivo, algo que suele ocurrir habitualmente, el reto se antoja complejo.
Me gusta el cambio, no me gusta que me cambien
Tal vez algún líder piense: ¡Si yo no me resisto al cambio, el cambio me gusta! Pero como Peter Senge apuntaba: “La gente no se resiste al cambio, se resiste a ser cambiada”. El matiz es interesante, el hecho de pasar a la acción misma de cambiar es lo que realmente cuesta, asusta. ¿Por qué? Porque el cambio supone un desajuste respecto a lo que veníamos haciendo y un paso hacia lo desconocido. No se trata únicamente de un proceso racional y estructurado, también lo es emocional y caótico, por lo que ambos factores deberán ser tenidos en cuenta antes de iniciar cualquier cambio.Un buen punto de partida para esa invitación al cambio del líder consiste en un acompañamiento profesional a él y su equipo. Existen herramientas como BVC que permiten un análisis profundo del liderazgo, ayudan a ver el grado de alineamiento del líder con la organización, el grado de entropía que despliega, cuáles son sus motivaciones y como motiva a su gente, hacia donde apunta su visión, sus valores positivos y los potencialmente limitantes con los que opera. Consiste en reflexionar, en definitiva, sobre el grado de coherencia entre lo que siente, piensa, dice y hace. Desde ahí, señalar las acciones que mejor le ayudarán al logro de esa visión compartida, generando confianza en cada una de ellas.Un líder para el cambio es hoy una necesidad para las organizaciones, un líder capaz de mirarse, de gestionar los valores de su empresa. El líder y su propia transformación es el primer eslabón de un proceso de cambio, sobre todo si tenemos en cuenta que la cultura de la organización suele ser el reflejo de los valores de su CEO.¿Te apuntas a convertirte en un líder para el cambio?, ¿ese que tu organización necesita?