Implantando la estrategia en las organizaciones
¡Estrategia! ¿Qué queremos decir cuando hablamos de estrategia? A veces simplemente es un grito ahogado de nuestra necesidad de parar el tiempo, pensar, ordenar nuestros sueños de futuro y buscar los diferentes posibles caminos que creemos nos llevarán a cumplir nuestras expectativas.En otras ocasiones, es una declaración de intención clara de dar sentido y dirección a nuestras acciones y de marcar una línea compartida con nuestros compañeros de viaje, eso que llamamos equipo de dirección. En cualquier caso, hay al menos dos conceptos clave: futuro y camino.
Sólo podemos ver poco del futuro, pero lo suficiente para darnos cuenta de que hay mucho que hacer.Alan Turing(1912-1954) Lógico y matemático británico.
El futuro, ese horizonte que se nos antoja lleno de interrogantes, de oportunidades, de miedos… y sobre todo lleno de decisiones a tomar. El gran cambio que debemos realizar los líderes es entender que la reflexión estratégica no representa el guión de la película si no que representa el filtro para nuestra toma de decisiones. Es decir, si hemos dibujado un fin de camino que nos mueve a la acción, para que este futuro se convierta en realidad deberemos de ser fieles y coherentes con nuestro sueño y establecer los límites de lo que entra, apoya y nos empuja hacia él y así pondremos foco en nuestras acciones y decisiones, trasmitiremos claramente nuestro mensaje. De esta manera podremos cumplir con las expectativas generadas en nuestra organización, equipos y personas. Sabremos qué se necesita, cómo lo vamos a hacer y cómo lo vamos a medir. Deberemos tener una visión compartida de nuestro sueño y de cómo vamos a hacer el camino. Visión compartida no significa que nos gusta a todos, significa que todos entendemos lo mismo, el significado, lo que se espera de cada uno y los objetivos que marcamos. Visión compartida significa que compartimos lo que VEMOS sobre algo, no que nos sintamos identificados con ello.
En nGloba Strategy, sabemos que si la reflexión estratégica se realiza de forma participativa, con metodologías de ideación e implicando a las personas clave, el resultado es ya parte del equipo.
Una vez que tenemos todos estos ingredientes definidos, comienza el camino y tenemos que ponernos en marcha. ¿Cómo? Lo primero es comunicar a toda la organización nuestra visión de futuro y cómo hemos decidido que vamos a llegar a él, a través de qué valores, competencias, comportamientos y mecanismos de toma de decisiones. Para una toma de decisiones efectiva necesitaremos definir los espacios donde tendrá lugar (definir la estructura de equipos, funciones y responsabilidades) y el tiempo de inversión dedicado a qué las cosas sucedan.
A medida que avanzamos en el día a día hacia los objetivos estratégicos, surgen multitud de decisiones a tomar y ahí es donde la reflexión estratégica cobra mayor sentido, porque nos da marco para poder avanzar y tomar las decisiones con mayor eficacia, evitando bloqueos.
La siguiente etapa del camino nos lleva a identificar los Roles clave del proceso y unirlos con los roles de los equipos, medir el posible gap entre lo que necesitamos para el futuro y lo que tenemos, para poder desarrollarlo y entrenarlo, orientándolo hacia la estrategia. A continuación, definiremos los planes de entrenamiento que nos ayudarán a alcanzar nuestro futuro.
Por último, necesitaremos ser fieles y coherentes con nuestra visión y lo más importante: "disfrutar del camino" estando abiertos a nuevos aprendizajes.
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