¿De qué color es tu organización?
Soy una voraz lectora de la obra de Fréderic Laloux. Me gusta especialmente cuando se refiere a la relación de paradigmas organizativos que han ido apareciendo a lo largo de la historia de la humanidad y aún persisten.Laloux califica a cada uno de ellos con un adjetivo y un color.Paradigma rojo-impulsivo: en este tipo de organización el jefe ejerce constantemente el poder para mantener a raya a sus súbditos; el miedo es el aglutinante; la reacción violenta es la respuesta a cualquier ataque; todo se consigue a corto plazo. En este grupo encontramos regímenes absolutistas, dictaduras, asociaciones para el crimen (bandas, mafias, milicias).Paradigma ámbar-conformista: este tipo de organización es liderado por una pirámide jerárquica que da normas desde arriba y controla el qué y el cómo; favorece la estabilidad, hace las cosas como siempre se han hecho, opta por el “largo plazo”; concibe el futuro como repetición del pasado.Es el paradigma de asociaciones como agencias de gobierno, militares, organizaciones religiosas, ciertos sistemas educativos. La organización es concebida como una armada o ejército.Paradigma naranja-no-identificado: este tipo de organización tiene un solo objetivo: ser competitivos en los negocios, el lucro, el crecimiento económico (Wall Street, Main Street), el éxito, la fama. La innovación es la clave para lograrlo y superar a los posibles competidores. Se actúa por objetivos, que son “el qué”; pero se da absoluta libertad en “el cómo” o modo de conseguirlos; funciona la meritocracia y se premia a quien más obtiene.Así son las empresas multinacionales. La organización es concebida como una máquina. Paradigma verde-pluralista: en este tipo de organizaciones, el foco se pone en la generación de una cultura común, en la motivación y empoderamiento de los empleados; al contar con muchos puntos de vista e iniciativas plurales la organización crece y se vuelve más poderosa y extensa.La organización es concebida como una familia extendida. Este modelo democrático se ha desmarcado de los anteriores y se ha ido implantando, sin ser capaz de frenar las tendencias individualistas y la pérdida de identidad colectiva.Estos diversos modelos o paradigmas de organización reflejan etapas evolutivas del ser humano.
Y entonces…aparece la organización turquesa para dar respuesta a necesidades nuevas que no pueden ser respondidas con la visión y las prácticas que todavía persisten en los modelos organizacionales anteriores. Es el salto evolutivo en lo que a arquitectura organizacional se refiere.En este paradigma turquesa la organización es considerada como un sistema viviente, un organismo vivo, en contraposición a los paradigmas anteriores (manada, ejército, máquina, familia).
Como tal, está siempre en proceso de cambio y desarrollo, adquiriendo mayor belleza y complejidad. Los cambios provienen de todas las células, de todos los miembros, sin necesidad de un mandato central ni un control.En el interior de una organización turquesa, se establecen relaciones de iguales; no son necesarias jerarquías ni consensos a los que se llega con dificultad.Son organizaciones auto-gobernadas y son organizaciones holísticas: es decir, nos piden que nos contemplemos dentro de un “todo” y que descubramos la función de la parte en el todo.Pertenecer a estas organizaciones no es solo ofrecer un trabajo, sino que reclaman nuestra interioridad y nos hacen llevar a ellas lo que somos.Con ellas no se pretende predecir, ni controlar el futuro, están flexiblemente abiertas al misterioso porvenir; por eso, aceptan sueños, visiones, se cree en la potencialidad de todas las posibilidades y se posterga el miedo.
En los paradigmas anteriores el cambio a nivel personal se siente como una amenaza; en el paradigma turquesa-holístico el cambio se desea porque hace crecer a la persona. En este paradigma se conjugan el “yo” y el “nosotros”, el “esto” y “aquello”: no hay alternativas, sino el ansia de la interrelación, de la necesidad mutua, de la integración. En las organizaciones turquesa, se contempla la vida como un camino hacia la realización personal y grupal. Y como tal, ello nos permite mirar con más serenidad y realismo nuestras limitaciones, errores y desvíos, estar en paz con aquello que nos rodea y tratar amigablemente con la adversidad. En este tipo de organizaciones, las personas no somos problemas que han de ser resueltos, sino potencial que espera desarrollarse y por eso el ego queda bajo control.
Los fundamentos de una organización turquesa son los siguientes:
Todos somos iguales, todos tenemos la misma dignidad.
Todos somos, en principio, buenas personas mientras no se pruebe lo contrario.
No existe una sola manera de abordar los temas corporativos que nos afectan.
Hemos de trabajar juntos, de forma responsable, pero sin utilizar la violencia, la fuerza, la coacción.
En el trabajo y compromiso compartido siempre hay disfrute y creatividad.
¿En qué estadio evolutivo se encuentra tu empresa?, ¿Cuánto camino le queda por recorrer hasta convertirse en una organización turquesa?, ¿Sabes cómo recorrerlo?En Ngloba Strategy estaremos encantados de acompañarte.