Talento, sonrisas y cuenta de resultados

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Una de las grandes preocupaciones de las organizaciones es la retención del talento y la fuga de cerebros.¿No os parece que esto nos pone en una actitud defensiva en lugar de situarnos en un modo de visión y oportunidad?Cada vez estoy más convencida de que estamos atrapad@s de manera inconsciente en nuestras experiencias y condicionamientos pasados  que hacen que tengamos una percepción limitada del mundo que nos rodea.

Hablamos de atraer talento para, a continuación, encerrarlo en una caja con candado a la que el nuevo talento se tiene que adaptar. Si lo piensas por un momento, te darás cuenta de que de esta manera, ya estamos perdiendo potencial que ni siquiera hemos descubierto.

Por otra parte, el hecho de utilizar el verbo “atraer”, nos hace partir mentalmente de una situación de carencia. Es como si lo que tuviéramos no fuera válido o suficiente. Creo que esto sucede porque hemos adaptado el talento a nuestra forma de pensar/hacer y sentir las cosas y no nos hemos parado ni tan siquiera a descubrir la potencialidad pura del talento del que disponemos en nuestra organización.¿Y si fuera así? ¿No sería mejor utilizar en lugar de “atraer”, verbos como “provocar” o “descubrirtalento?Solo ese cambio en la expresión nos induciría a tener una visión aperturista e integradora del talento que nos daría la posibilidad de gestionarlo de manera intencional, aportándole sentido y dirección al alinearlo con el propósito y la visión estratégica de nuestra organización.Pero… ¿cómo se hace esto?Siguiendo la secuencia que te expongo a continuación:

  • Lo primero es tener claro el para qué de nuestra organización, su propósito. Éste da sentido e intencionalidad a todo lo que vayamos a hacer.
  • Lo segundo es identificar iniciativas estratégicas que nos aproximen a nuestro sentido y que creen el marco de juego y la intencionalidad.
  • Lo tercero es poner a nuestros equipos  a “jugar” con un objetivo  claro y con sentido dentro del propósito general.
  • Y, por último, y quizás lo más importante, es  generar intencionalmente con nuestros equipos “la experiencia de las relaciones internas”. Esta experiencia ha de producir una satisfacción intensa del capital humano que compone dichos equipos para que el talento aflore y se haga visible. Para asegurarnos de que esa satisfacción se produce con el grado de intensidad adecuado es imprescindible diseñar y remodelar el “prototipo relacional” óptimo para cada equipo.

En definitiva, estoy convencida de que un diseño acertado de este prototipo relacional unido al resto de herramientas más racionales asociadas al talento, hacen que la “Experiencia del talento” resulte provocadora y satisfactoria, generando sonrisas que impactan positivamente en la cuenta de resultados tangibles e intangibles de nuestra organización.

¿Te atreves a provocar sonrisas en tu organización? Si es así… ¡puedes contar con todo el talento del equipo de Ngloba Strategy!

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